miércoles, 23 de febrero de 2011

QUIERES SABER MAS DE LA DIABETES FELINA?

DIABETES EN EL GATO

La diabetes es un problema común en el gato y actualmente el primer trastorno hormonal que afecta a estos animales. Suele presentarse en gatos mayores de 8 años( 10-13 años). Afecta más a gatos obesos y por lo tanto a castrados y tiene una mayor incidencia en el birmano. Se trata de un desorden caracterizado por la presencia de una hiperglucemia (exceso de azúcar en sangre) persistente.

Los datos clínicos indican que la forma más frecuente de diabetes en el gato es similar a la de tipo 2 de los seres humanos. En ambas especies la función de las células beta del páncreas es deficiente y la secreción de insulina como reacción a una sobrecarga de glucosa, es anormal. Tanto en pacientes humanos como felinos el hallazgo más frecuente es la acumulación de una sustancia llamada amieloide en los llamados islotes pancreáticos, que es en donde se fabrica la insulina, lo que provocaría su mala funcionalidad.

Debemos tener en cuenta que un 20% de gatos, desarrolla lo que llamamos “diabetes transitoria”, por lo usual dentro de las 4-6 semanas de establecer el diagnóstico e iniciar el tratamiento. En estos gatos, la hiperglucemia, glucosuria(glucosa en orina) y signos clínicos diabéticos se resuelven y la insulinoterapia puede suspenderse. Algunos no requieren más insulina luego que se disipa el acceso inicial de diabetes mellitus clínica, mientras que otros gatos experimentan insulinodependencia permanente semanas a meses después de la resolución del estado diabético previo.
Los gatos que sufren la llamada “diabetes transitoria” son al parecer animales que se encuentran en un estado diabético subclínico que se vuelve clínico cuando el páncreas es forzado por la exposición a una droga o enfermedad antagónica de la insulina concurrente, como el caso de los glucocorticoides, acetato de megestrol y pancreatitis crónica.

Los signos clínicos incluyen más apetito (polifagia), más sed(polidipsia), mayores volúmenes de orina(poliuria) y
pérdida de peso, aunque no necesariamente estos todos estos síntomas deben estar presentes.
Los signos clínicos adicionales comprenden letargia, menor interacción con la familia; falta de comportamiento de acicalado y desarrollo de un pelaje seco, deslustrado, desgreñado; y menor capacidad de salto, debilidad del tren posterior o postura plantígrada(los tarsos contactan con el suelo cuando el gato camina). Estas alteraciones de la marcha están relacionadas con una complicación frecuente en el gato diabético que es la llamada polineuropatia diabética.
La complicación más grave y que puede poner en peligro la vida del gato es la cetoacidosis diabética.
Otra complicación que puede originar la diabetes es la lipidosis hepática que ocasionará aumento del tamaño del hígado.

El diagnóstico de esta enfermedad se basa en la identificación de una elevación permanente de los valores de glucosa en sangre. Hablo de permanente, porque una medición única de la glucosa sanguínea en ayunas tiene un valor limitado en gatos.
Existe lo que llamamos “hiperglucemia por stress”, en repuesta tanto a un stress psicológico, como a una enfermedad no relacionada con la diabetes. Muchos gatos cuando son sacados de casa, para un viaje o una visita al veterinario sufren elevaciones “fisiológicas” de glucosa, por lo que nos resulta muy complicado, sacar conclusiones de una analítica en la que la glucosa se presente elevada.
La presencia de glucosa en orina (glucosuria) ocurre cuando la concentración de glucosa en sangre excede el umbral renal para la glucosa (288 mg/dl). La glucosuria en ausencia de hiperglucemia es rara, pero puede ocurrir debido a daños en el túbulo renal, que no tienen por qué asociarse necesariamente con un fallo renal crónico. Lo cierto es que la glucosuria no se suele dar en caso de hiperglucemia por stress.

En caso de duda, la determinación de fructosamina en sangre nos podrá ayudar a establecer el diagnóstico definitivo. Se trata de una molécula que se forma a gran velocidad cuando los niveles de glucosa en sangre son más altos de lo normal. Un valor de fructosamina por encima de 400 micromoles/l apoyará el diagnóstico.
Los puntos principales a tener en cuanta en el tratamiento de un gato con diabetes son:
-Tratar los síntomas asociados frecuentemente con la diabetes.
-Evitar periodos de hipoglucemia.
-Prevenir el desarrollo de complicaciones (cetoacidosis y polineuropatia diabética).

Cuando el gato no responde satisfactoriamente al tratamiento, se debe llevar a cabo un estudio de las causas. Hay múltiples razones por las cuales el tratamiento puede haber fracasado, pero es posible que el culpable sea la dosis, por lo que el primer paso a valorar es la manera en que el dueño ha dosificado la medicación. Si la dosis es la correcta, entonces habría que profundizar en los motivos de la mala respuesta al tratamiento. Los errores y las inconstancias en el suministro de la medicación son también una fuente normal de problemas. El almacenamiento y uso de la insulina debería seguir las recomendaciones del fabricante, ya que los cambios de temperatura, o el manejo brusco pueden reducir la viabilidad del producto. La insulina debería mantenerse refrigerada para evitar temperaturas extremas y los viales deberían ser agitados cuidadosamente, para evitar la desnaturalización del producto.

El medicamento de elección para tratar esta patología hormonal felina es la insulina y en la actualidad, la que está dando los mejores resultados es la llamada Glargina (nombre comercial Lantus). Se trata de una nueva insulina sintética recombinante humana. Esta insulina fue diseñada para causar un aumento leve sostenido de la concentración sérica de insulina que controle la producción de glucosa hepática. Lo cierto es que este medicamento se había ensayado ya en gatos y los resultados publicados con anterioridad al año 2006, no indicaban mejores resultados con esta sobre otras insulinas utilizadas anteriormente, en especial las PZI ( insulina protamina zinc). Si es cierto que había publicaciones que demostraban su eficacia en gatos que no se controlaban demasiado bien con otras insulinas. Este novedoso tratamiento tiene muchas ventajas con respecto a las insulinas que usábamos antes, como es que permite un mejor control de la glucemia, los riesgos de hipoglucemia se reducen de manera considerable, se producen mayores tasas de remisión diabética, y se controlan mejor los “gatos rebeldes”.

Para el propietario de un gato diabético es sumamente complicado hacerse a la idea de que tiene que inyectarle a diario y si la medicación por vía oral funciona le daremos una alegría. En mi experiencia personal y en mi clínica hay gatos que llevan hasta cuatro años con hipoglucemiantes orales y su calidad de vida es excelente. Se pueden utilizar en gatos obesos, gatos con cuadros leves de diabetes y no deben ser usados en gatos con cetoacidosis diabética, gatos débiles o delgados y gatos con otras patologías.
Las más conocidas y usadas son las sulfonilureas. Lo que debe quedar claro, es que si en un mes el cuadro clínico no ha mejorado e incluso ha empeorado, la única alternativa válida será la insulina.
Insulinoterapia

Existen tres tipos de insulina:
  • ·         Acción corta: cristalina regular
  • ·         Acción intermedia: NPH lenta
  • ·         Acción prolongada: Ultralenta Protamina Zinc (PZI)

Las dos últimas contienen cristales de zinc para retardar la acción de la insulina y prolongar su efecto, la velocidad de absorción es directamente proporcional al tamaño de los cristales.
La Protamina es una proteína de pescado que al igual que los cristales de zinc, retarda la absorción de la insulina.
Las especies de insulina disponibles  son:
  • ·         Recombinante Humana
  • ·         Insulina Bovina-Porcina
  • ·         Insulina Porcina Purificada

La insulina felina es semejante a la bovina, por lo tanto, conviene la utilización de la insulina Bovina-Porcina dado que posee una proporción más alta de insulina Bovina (90%) en su composición. De esta manera se reduce la posibilidad de que exista una respuesta inmune con anticuerpos ligadores de insulina  y posterior insulina resistencia (3. Peterson M, 1999).

La insulina ultralenta y la NPH pueden emplearse como tratamiento inicial y será acorde a los hábitos alimenticios del paciente.
Insulina NPH lenta 2 Unidades totales cada 12 horas en gatos que reciben dos comidas diarias.

Insulina Ultra Lenta 1 a 2 unidades totales cada 24 horas en aquellos pacientes que reciben alimentación ad libitum. Algunos pacientes pueden llegar a necesitar la administración de insulina ultra lenta dos veces por día.
En todo gato diabético que se confirma hiperglucemia persistente mayor a 300 mg/dl. a través de mediciones seriadas a lo largo de todo el día (curva glucémica) estaría indicando insulinoresistencia. La misma presenta etiopatogenia variada y se resuelve tratando la causa primaria.
La experiencia del Servicio de Endocrinología de FCV, UBA indica que nunca se pudo realizar curvas glucémicas en felinos dada la conducta indócil y predispuesta al estrés de la especie para la toma de muestras. Los controles seriados se realizan con tiras reactivas en orina.
Otro método de control de la respuesta a la insulinoterapia, que solo requiere una única muestra de sangre, es la detección de hemoglobina glucosilada y fructosamina.

Una parte muy importante del tratamiento del gato diabético incluye la alimentación. Esta, debe ser baja en carbohidratos y rica en proteínas. Son dietas especialmente formuladas y las hay en forma de latas y de comida seca. Tienen la ventaja de reducir la elevación de glucosa postprandial, mejoran el control clínico, reducen las necesidades de insulina y aumentan las tasas de remisión diabética.
Todas estas dietas tienen un común denominador: la restricción de carbohidratos, ya sea reduciendo la ingesta o retardando la absorción con el empleo de fibras.
La prioridad principal en los primeros días de tratamiento es asegurar que no se produzca hipoglucemia (algunos gatos son extremadamente sensibles a los efectos de la insulina). Sería conveniente medir los niveles de glucosa en sangre en el momento de la inyección, y hacer una curva de glucosa a las 12 horas. Lo ideal es realizar una curva de glucosa diaria durante los tres primeros días de tratamiento y luego una por semana las cuatro primeras semanas.
Una vez conseguida la estabilización inicial, se requiere un periodo largo de monitorización debido a que los requerimientos de insulina del gato pueden incrementarse o disminuir a lo largo del tiempo.
La condición clínica proporcionara una indicación adecuada del nivel de control de la glucosa; la desaparición de los signos clínicos y los cambios en el peso corporal e ingesta de agua pueden ser apreciados por el propietario. Cualquier deterioro, o no mejoría en cuanto a estos, deberán ser investigados.
El análisis de muestras de orina puede ser muy útil, siempre y cuando se nos informe de la hora de recogida con respecto a la hora en que se suministró la medicación.
Otras causas de fracaso en el tratamiento puede ser:
-Resistencia o antagonismo a la insulina. Se da en gatos con persistencia de hiperglucemia y glucosuria a pesar de recibir dosis muy altas. Se asocia a condiciones fisiológicas y patológicas. La concurrencia de enfermedades de tipo inflamatorio, infeccioso, hormonal o neoplásico puede contribuir a que el gato necesite cantidades de insulina más altas. El control de los gatos con estas complicaciones es sumamente difícil. Es importante por tanto realizar una buena inspección y una amplia analítica que permita identificar la existencia de alguna patología añadida a la diabetes. La pancreatitis crónica puede ser especialmente difícil de diagnosticar y de tratar. La enfermedad de Cushing es otra de las causas de presentación de resistencia a la insulina.

-Mala administración de la inyección (inyección intracutánea) o inyección en una zona de tejido adiposo, que da lugar a una absorción deficiente de la sustancia.
-Anticuerpos antiinsulínicos: las preparaciones de insulina se obtienen con proteínas de otras especies lo que podría dar lugar a que el organismo del gato generara anticuerpos contra este medicamento.
Si la reducción inicial de glucosa en sangre no se mantiene durante un periodo de 24 horas, esto puede deberse a:
-la efectividad de la insulina empleada es inadecuada. La metabolización de la insulina en los gatos presenta diferencias considerables, en la mayoría de los casos. Algunos, la metabolizan con mucha rapidez y los efectos de la misma pueden durar excepcionalmente más de lo previsto. En ocasiones, aunque raramente, la dosis puede ser demasiado alta, dando lugar al efecto Somogyi. Si la glucosa baja con demasiada rapidez, se producirán una serie de mecanismos fisiológicos para invertir la hipoglucemia, lo que causará un pico de hiperglucemia. Si esto se malinterpreta como una respuesta insuficiente a la dosis de insulina, el suministro de una dosis mayor contribuirá a agravar el problema.
Debemos considerar seriamente a la obesidad como un factor desencadenante de la diabetes en el gato, que proviene de la excesiva ingesta calórica, típicamente promovida por el consumo ad libitum de alimento felino seco. La obesidad provoca insulinorresistencia reversible, la cual se resuelve con el adelgazamiento. A veces, incluso, en casos leves de diabetes será suficiente reducir el peso del animal para hacer desaparecer el problema. Lo cierto es que corregir la obesidad en el gato es realmente difícil, porque es necesario restringir la ingesta calórica diaria sin el aumento correspondiente del gasto energético (actividad física).

Vivir con un animal doméstico diabético es un desafío bastante pequeño si se lo compara con otras enfermedades que a veces pueden resultar fatales, o más difíciles de tratar. Además, la relación entre el humano y el animal se fortifica mucho más con este simple acto de aplicar inyecciones de insulina. Con el tiempo, los gatos aprenden que las inyecciones son las que los liberan del sufrimiento, y las esperan pacientemente como parte de su ritual diario


La siguiente imagen muestra las zonas donde es posible aplicar la insulina. Esas zonas son donde es más fácil tomar la piel del gatito y evitar aplicarles la insulina en su musculatura, que no debe suceder, además de que le causará bastante dolor.




1 Nuca: si alguna vez han visto a una madre gata tomar a sus pequeños, sabrán que en esta zona, es muy fácil asir algo de la piel del gatito.
2 Costado del pecho (o lateral del toráx)
3 Costado: entre las costillas y la pierna

4 Costado de la panza: A mi modo de ver esta zona no es de muy fácil acceso y peor aún si tu gatito es algo salvaje. Aquí la absorción de la insulina es mucho más rápida que en los costados.



DIABETES E INSULINOTERAPIA EN GATO

 CADA VEZ TENEMOS MAS GATOS CON DIABETES, POR QUE HAY UN AUMENTO ALARMANTE DE GATOS OBESOS, SIENDO LOS ANIMALES CASTRADOS / ESTERILIZADOS LOS QUE MAYOR RIESGO TIENEN DE PADECER ESTA ENFERMEDAD.